jueves, 2 de febrero de 2023

POR SAN BLAS...

 Hoy, 3 de febrero se celebra la festividad de San Blas, aquel santo que a todos nos viene a la mente cuando hablamos de los tradicionales “roscos de mazapán y los de leche” como los distinguimos en nuestra ciudad de Corella.


VIDA DE SAN BLAS:

Ahora pues, que nos acercamos a su fiesta cabe preguntar quién era San Blas.

Según su hagiografía (o vida de santos),  fue un obispo que murió mártir y, en la actualidad es uno de los santos más populares del cristianismo de Oriente y Occidente.

Nació en Sebaste, ciudad de Armenia, durante la segunda mitad del siglo III. En esa ciudad estudió y ejerció de médico. También allí lo eligieron obispo y derramó su sangre.

Su profesión como médico, le ayudó a reflexionar sobre los límites y la caducidad del Ser Humano, que le hicieron comprender las miserias y la fugacidad de la vida, solamente superable desde el prisma de la fe. Así, consciente de que sólo los bienes eternos eran superiores, se retiró a una cueva solitaria en el Monte Argeo, para dedicarse a la oración, meditación y a la penitencia.

San Blas, pintado por Hans Memling en 1491. Situado anteriormente en la Catedral de Lübeck, ahora se encuentra en el Museo de St. Annen en Lübeck, Alemania.
Una vez ya vivía en la cueva, murió el obispo de Sebaste y, los fieles de la población, creyeron oportuno que Blas ocupara el cargo de pastor de su diócesis, cosa que rechazó. Tras numerosas insistencias, aceptó recibir las órdenes sagradas de presbítero (sacerdote) y más tarde, las de obispo. Se entregó a su pueblo cristiano y, su descanso era retirarse a su cueva en la montaña para leer la Biblia y pasar largas horas de oración y ayuno.

Tuvo gran amor por los animales, los cuales, pese a vivir en el monte, se acercaban a contemplar a Blas mientras sus oraciones, recibiendo siempre muestras agradables de afecto.

El pontificado de San Blas tuvo al principio una feliz etapa, pero llegó la hora de la persecución con tortura y muerte de muchos cristianos. Eso le hizo realizar cultos por la noche, de forma discreta e incluso consiguió dar el último auxilio y despedir a algunos presos.

Finalmente, el obispo fue capturado y trasladado detenido con cadenas a la presencia del gobernador romano. Mientras cruzaba las calles de su ciudad, se obró un gran milagro recogido en su acta martirial: “Una madre angustiada junto con su hijo moribundo (al tener clavada una espina que le atravesaba la garganta de cuya infección se ahogaba), se acercó a Blas con su niño en brazos suplicándole que se apiade de su pobre y único hijo. Blas, olvidando su arresto, va a remediar el dolor ajeno, pone su mano sobre el niño agonizante y, traza la señal de la Cruz sobre su garganta. Durante unos instantes ora fervorosamente por él y, el muchacho se reanima, arrojando la espina que le ahogaba y recuperando su salud”. Gracias a este milagro, en la iglesia le tenemos como intercesor y protector de las gargantas.

Milagro de San Blas ante el niño atragantado.
Tras dicho milagro, al llegar al gobernador, decreta que rechace su fe, alabando a Dioses paganos, cosa que niega rotundamente y, finalmente, el 3 de febrero del año 316, acaba decapitado tras una brutal tortura, a las afueras de la ciudad.

Fieles cercanos a San Blas, recogieron su cuerpo, enterrándolo, donde hoy está erigido un templo y, desde allí, se extendieron sus reliquias por todo el mundo.

En la actualidad, su imagen preside altares y retablos de muchas iglesias locales e incluso de catedrales.

ICONOGRAFÍA DE SAN BLAS:

Respecto a su iconografía, podemos destacar los siguientes símbolos:

Escultura barroca de San Blas, patrón de Peralta, procedente de la Iglesia Parroquia. Imagen tomada de la web del Ayuntamiento de Peralta.
  • El báculo: se nos muestra como el atributo de los obispos y simboliza su misión, ser pastor de almas de su diócesis.
  • Una vela: tiene su origen en el mandato que el santo dio a una viuda a la que el lobo le había robado su único bien: un pequeño cerdo. Cuando acudió a ver al santo encarcelado, le llevó la cabeza y las patas del cerdo, unas semillas y una vela para que se alumbrara en la cárcel. El santo después de haber comido de la cabeza y las patas del cerdo, le encomendó que en el aniversario de su muerte llevara a la iglesia una vela y la ofreciera en su nombre, asegurándole a ella y a cuantos hicieran lo mismo, que todas sus cosas marcharían bien. La mujer así lo hizo y, su vida transcurrió bien. Posteriormente, dos velas en forma de aspa serán utilizadas para la prevención o cura de los males de garganta invocando a San Blas. En nuestra Corella, luego contaré su relación con las velas.
  • La palma: en la era precristiana simbolizaba la victoria, mientras que la cultura cristiana la adopta como símbolo de victoria pero aplicada al espíritu. De ahí que sea el símbolo triunfal de los mártires de la fe.
Pasamos pues a hablar de su devoción, que tiene gran arraigo en España, donde numerosos templos llevan su nombre. Está reconocido como el santo de los niños y de los sencillos, pues muchas son las cualidades de su personalidad: dulzura de carácter, sencillez, modestia, pureza de sentimientos, servir a los demás hasta olvidarse de sí mismo, compasión ante la miseria, amor a los animales y, las numerosas curaciones milagrosas atribuidas a su intercesión.

SAN BLAS EN CORELLA, HISTORIA Y ARTE:

Y ¿dónde encontramos a San Blas en Corella?

Nuestra ciudad, aquella que podíamos llamar como “el altar de todos los Santos”, no pierde ocasión en esta fecha y, es también una de las celebraciones que más peculiaridad aporta al patrimonio inmaterial de nuestro municipio.


SAN BLAS EN LA PARROQUIA DE SAN MIGUEL DE CORELLA:

Terminado pues todo este largo repaso histórico de la ermita de San Blas, no hemos acabado. Nos queda todavía, conocer la imagen pictórica de San Blas, que se conserva en la Parroquia de San Miguel de Corella.

Encontramos la imagen de San Blas en el que se denomina como “retablo de Santa Lucía”, ubicado a los pies de la iglesia, en la crujía final, justo debajo de la torre izquierda, anteriormente ubicado en la capilla de los Asiain, hoy capilla – panteón de los Arrese, hoy ocupada por el confesionario. 

Fue realizado en 1633 y vino a sustituir a uno anterior realizado en el siglo XV. Por fecha de realización, es el segundo más antiguo de todos los conservados en la parroquia y, el primero en seguir las líneas barrocas junto con su retablo similar, el de San Bartolomé.

Retablo de San Blas, parroquia de San Miguel Arcángel de Corella.
Entre sus artífices, se perfila Diego Pérez de Bidangoz como tallista y como pintores pudieran ser Celedonio Pérez del Castillo o Francisco Leonardo de Argensola. Mucho más probable es que sea Celedonio su pintor, pues ya lo hemos citado antes como pintor del cuadro destinado a la ermita de San Blas y, coincide con su estilo artístico y con la iconografía de San Blas.

Las características del retablo responden a un barroco inicial, ya que tiene una predela pintada con diversas escenas bíblicas así como los apellidos de la familia de los Asiain, en cuyo escudo está escrito (los que bien sirven a su Majestad el rey). El cuadro está enmarcado y flaqueado por columnas estriadas terminadas en capitel corintio, sobre las que descansa un entablamento de friso moldurado y un frontón partido.

Detalle del escudo de Asiain (con el rótulo de "los que bien sirven a su majestad el rey"), retablo de San Blas. Parroquia de San Miguel Arcángel de Corella.
En la iconografía del cuadro, aparecen tres figuras pintadas a cuerpo entero, que son Santa Lucía, acompañada de San Juan Bautista (en memoria de su comitente al llamarse (Juan Francisco Asís) y San Blas.

Finalmente, acabando con el patrimonio sobre San Blas, la parroquia de San Miguel, aunque hoy conservada en la parroquia del Rosario, tiene una reliquia de San Blas compartiendo relicario con San José, de la época barroca, siguiendo el canon de una campana de plata como base y, con un viril redondo de reducidas dimensiones. Para tapar la reliquia encontramos por una cara un grabado coloreado de San José y, por otro el otro lado, una imagen a plumilla de San Blas obispo, en la que aparece escrito “San Blas”.

Relicario de San Blas, parroquia de San Miguel Arcángel de Corella.
Aquí acaba nuestro recorrido histórico-artístico, que como hemos visto, ha dado para numerosas páginas. Ahora comenzamos por el recorrido inmaterial y, si me permitís llamarlo, “dulce recorrido”.

CELEBRACIÓN DE SAN BLAS EN CORELLA. VIVENCIAS Y ACTUALIDAD:

¿Cómo se celebra la fiesta de San Blas en Corella?

Está claro que al tener ermita, sería tradición ir caminando hasta la ermita a escuchar una de las numerosas misas que se celebraría en ella y, degustar unos ricos dulces. Al declarar en ruina la ermita en 1733, aquellos fieles tendrían que ir a la Iglesia de Araceli, lugar al que se trasladó el culto a San Blas de la citada ermita y, hoy en día, encontramos en todas las iglesias y conventos de Corella el acto de la “bendición de los roscos”.

Roscos de Mazapán de Corella.
Nuestra ciudad se caracteriza por tener esos ricos “roscos de mazapán y de leche”, elaborados siguiendo la receta artesanal con tanto mimo por parte de la familia Manero, puesto los dos hermanos (Javier y Ricardo) los comenzaban a elaborar y comercializar, junto con la panadería del Pablillo y el Banderín, pasadas las fiestas de reyes. 

Roscos de leche decorados. Corella.
Es entonces cuando se llenaban bandejas de roscos, de los dos tipos, bañados de merengue blanco, en ocasiones un tanto pegajoso y, con sus bolitas de colores para decorarlos.

Este año, en Corella, nos queda la tradicional pastelería de Javier Manero y Loli, que siguen preparando con esmero sus roscos, para, el día 3 de febrero, en primer lugar, llevarlos en capazos y carrillos a las iglesias a bendecir y, después disfrutar de una rica merienda. Hoy, también hace unos ricos roscos el hijo de Inés, la pastelera de la Calle Mayor.

En mi recuerdo tengo, aquellos 3 de febrero, que nada más salir a la una del mediodía de la escuela, me esperaba mi abuela María en el parquecillo de Arrese (cerca de su casa), al principio con un rosco muy decorado con animales de azúcar, plumas y demás decoración, atravesado por su agujero con un lazo para colgármelo al cuello e ir, a la una y media a la bendición que se realizaba en la parroquia de San Miguel. Cuando ya íbamos creciendo, era el momento de llevarlos metidos en una cesta en lugar de llevarlos colgados.

Un servidor con pocos meses, acompañado de su abuela María (q.p.d) y su madre Mayte.
Allí, llegados al templo todos tan ilusionados, se realizaba una breve oración y, pasaba el cura a bendecirlos, intentando todos nosotros niños, que llegaran cuantas más gotas de agua posibles, mejor, a nuestro rosco, el cual llegaba a casa bastante deteriorado de haber metido el dedo para probar su blanco merengue.

Degustando el rico rosco de mazapán con un año y medio de edad, con mi abuelo Jesús (q.p.d.)
En la iglesia, tras la bendición, era costumbre besas la reliquia de San Blas y, ir al retablo de San Blas, donde había una especie de depósito de metal negro, a los pies del retablo, con unas largas filas de velas de cera natural, las cuales encendíamos y apagábamos soplando. Aquellas velas y ese depósito, con las obras de rehabilitación desaparecieron.

Un poco más crecido, con rosco colgado y rosco en cesta.
Así, la bendición de alimentos, se celebraba en la misa de 10, a las 13:30h., a las cinco de la tarde y, en la misa de 7. A quien no le daba tiempo en esas misas, podía ir a las misas de los conventos, con sus capazos llenos de roscos, caramelos, pan del día y la bolsita de sal o azúcar, para que impregnara de bendiciones los alimentos que todo el año habíamos de consumir.

Hoy, todavía sigue siendo, junto con San Antón, una de las fiestas más populares y, a la que más personas, niños y mayores se acercan a la iglesia a bendecir sus alimentos y a besar la reliquia del santo.

TRADICIÓN ORAL A SAN BLAS, REFRANES:

Todavía se recitan algunos refranes muy sonados, tales como:

Cigüeñas por San Blas.
  • Por San Blas, las cigüeñas verás y, si no las ves, ya no las verás”. Que este año precisamente, ya hay cigüeñas por nuestro entorno. 
  • "El primero hace día, el segundo Santa María, el tercero San Blas, y el cuarto, San Nicolás" y el quinto, Santa Águeda”. Así nos explicaban los días del mes de febrero con su santoral.
  • "Hasta la Presentación, Pascuas son y, si el cuerpo lo resiste, hasta Corpus Christ”e”. Pues acabamos de terminar con los dulces navideños, cuando ya nos metemos a comer los apetitosos roscos de San Blas. 
  • “Si hiela por San Blas, treinta días más”. Que este año precisamente, estamos insertos en una ola de frío con hielo. 
Aprovechamos desde estas líneas también, para pedir a San Blas su intercesión en nuestras gargantas, así como por todos aquellos que tienen problemas de garganta, afonía, etc.

San Blas bendito, ora pro nobis.

© Andrés J. Sanz Fernández
03/02/2023.





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