El próximo día 20 de enero se celebra
una efeméride de especial importancia para nuestra tierra navarra, nada menos
que el 600 aniversario de la creación del título de Príncipe de Viana.
Aquellos cuantos nos sentimos navarros
y orgullosos de nuestra tierra, presumimos de que la figura del heredero al
trono de España tenga entre sus muchas distinciones aquella de “Príncipe/ Princesa de Viana” pero no es algo que haya costado pocos quebraderos de cabeza
especialmente a Navarra y a nuestra querida ciudad de Corella.
Con motivo de tal efeméride, en el
Archivo Real y General de Navarra se conserva (y expone estos días) aquel
privilegio de institución del título que el rey Carlos III el Noble firmó en
Tudela para su nieto Carlos de Trastámara el 20 de enero de 1423.
Carlos de Trastámara, persona
principal de este escrito, popularmente conocido también como Carlos de Viana
era hijo del infante Juan II de Aragón y de la reina Blanca I de Navarra. Nació
en el Castillo de Peñafiel (Castilla) el 29 de mayo de 1421. Fue educado en el
Castillo – Palacio de Olite y mimado concienzudamente por su abuelo Carlos III
el Noble, quien creó el Principado de Viana para él, al estar destinado como
primogénito a ser Rey de Navarra.
Su madre Blanca de Navarra antes de morir
dispuso en su testamento con el fin de asegurar la paz entre el hijo y el
padre, que llegado el momento no se coronase rey de Navarra a su hijo sin
contar con el consentimiento del padre, de Juan II. Esto fue el detonante para
un odio irreconciliable entre padre e hijo por acceder al trono navarro y que
hasta la muerte del Príncipe ocasionó constantes disputas dividiendo a la
población entre los partidarios de uno o del otro.
Lo que estaba claro que Juan II no
soportaba pasar de ser Rey consorte de Navarra a ser Infante de Navarra porque
su hijo fuera coronado rey de Navarra. Motivo por el cual, Juan II a los seis
meses de enviudar de Blanca de Navarra casó con Juana Enríquez con quien al año
siguiente (1452) tuvieron a Fernando, hermanastro de Carlos de Viana y que nada
menos llegaría a ser el rey Fernando el Católico, quien también estará
vinculado con Corella como veremos en otra ocasión.
A Carlos de Viana no solo se le conoce
por los enfrentamientos dinásticos con su padre sino también por su papel de
mecenazgo en la escritura, la cultura y las artes. Fue Infante de Aragón y de
navarra, Príncipe de Viana y de Gerona así como llegó a ser Rey de Navarra
entre 1441 y 1461, conocido como Carlos IV de Navarra.
Esta costumbre de aumentar los títulos
territoriales de las monarquías europeas surge allá por la Baja Edad Media,
teniendo como ejemplo que el heredero a la corona inglesa recibía dignidad de “Príncipe
de Gales”, su homónimo francés como “Delfín de Viena”, que realmente no era otra
cosa sino subrayar cierta posesión de territorios pertenecientes a la corona.
Así sucedería también en España, recibiendo los herederos al trono el título de
Príncipe de Asturias para los Reyes de Castilla y Príncipe de Gerona para los
Reyes de Aragón.
La creación del título de Príncipe de
Viana, además de reconocer dignidad territorial al sucesor al trono, aportaba
un conjunto de bienes que se incorporaban a su posesión, tales como castillos,
villas y tierras junto con rentas que apoyarían su causa y servirían para
financiación. Entre las villas incorporadas, a la cabeza encontramos a Viana,
sumado a Laguardia, San Vicente de la Sonsierra, Genevilla, Aguilar, …, así
como Peralta, Cintruénigo, Cadreita y nada menos que Corella y el des poblado
de Araciel.
La unión de Corella al título no es
casual, pues aparece la razón del llamado “Derecho de pisada”, debido a que
Corella era la primera tierra del reino en ser pisada por el heredero al trono
a su llegada a Navarra; por tanto, de ahí nuestro título de que ya el mismísimo
Carlos de Trastámara y de Viana, o el popular Príncipe de Viana a su llegada a
Navarra, pisó con mal pie nuestra villa de Corella, siendo la primera en vender
incumpliendo las clausulas marcadas por su abuelo.
Pronto se acabaría la paz de la Villa
de Corella, ya que ente 1429 y 1430 el municipio fue asaltado, saqueado e
incendiado por completo por las tropas castellanas así como los vecinos de la
cercana localidad de Alfaro debido a las eternas disputas por las aguas del río
Alhama, lo que sumió a la población en una gran desolación, que rápidamente y
gracias a ser territorio fronterizo entre los tres reinos, sería superada con
creces.
Entre las cláusulas de la creación del
título del Principado de Viana a las que se acogía el Infante Carlos se
encontraba la de indivisibilidad de los territorios, así que no podían venderse
ni disgregarse, cosa que se incumplió desde el inicio, ya que fue primer territorio
que vendió, la villa y castillo de Corella el 5 de septiembre de 1448. Vendió “el
señorío de Corella” a su tío Juan de Beaumont junto con las rentas y derechos
por un coste de 6.000 libras de carlines, lo que supuso la implicación y
participación directa de Corella en las guerras entre agramonteses y
beaumonteses, quejándose los vecinos por la enajenación de la villa y no
quedando más remedio que volver a ser la villa incorporada a la corona por
parte de Juan II de Navarra, padre del Príncipe de Viana tal y como consta en
un privilegio de igual forma expuesto para estos días en el Archivo de Navarra,
un año y un mes (octubre de 1449) más tarde de su venta.
Las quejas y argumentos que la
población corellana exponía eran aquellas como que el príncipe no tenía
consideración por sus dominios, que al príncipe sus tierras lejanas no le
importaban, y la principal de ellas, que la villa fue el primer lugar que el Príncipe
pisó en su entrada al reino de Navarra, y que de acuerdo al derecho de España,
los lugares donde primeramente arribasen los príncipes primogénitos, éstos
deben ser suyos. Finalmente, con esta polémica lo único que se logró fue que las
gentes de Corella fueran partidarios del bando agramontés en favor del rey Juan
II y en contra del Príncipe de Viana en castigo por los desplantes.
Una vez ya incorporada Corella a la
corona por parte de Juan II, fue durante la segunda mitad del siglo XV con la
famosa guerra civil librada entre los bandos de agramonteses y beaumonteses cuando
el título iba pasando a herederos al trono sucesivamente hasta la incorporación
del Reino de Navarra a la Corona de Castilla, cuando realmente dejó de
utilizarse tal distinción, en 1512.
Como curiosidad, una de las herederas
al trono de Navarra y a su vez Princesa de Viana fue Leonor I de Navarra, la hermana del Carlos
Príncipe de Viana quien concederá a Corella en 1471 un día de mercado (los
jueves de cada semana) y nada menos que el asiento en Cortes de Navarra al
nombrarla con el título de buena villa. Si un hermano nos quiso tan poco, con
una hermana conseguimos posición destacada en las Cortes del Reino de Navarra.
Aquel escaso apego al título de
Príncipe de Viana por parte de los herederos al trono de España a lo largo de
los siglos y hasta la actualidad hizo que fuera la misma ciudad de Viana la que
durante siglos reclamó su posición al mismo nivel que el Principado de Asturias
y, hace exactamente 100 años, la Diputación Foral y Provincial de Navarra oída
la ciudad de Viana, con motivo del entonces V Centenario del título de Príncipe
de Viana solicitó mediante petición formal un 13 de marzo de 1923 al rey
Alfonso XIII la rehabilitación del título.
Unos años más tarde, en 1978 con motivo de la aprobación de la Constitución
Española, quedaba recogido que al príncipe heredero de la corona de España,
además del título de Príncipe de Asturias, se le añadirían los títulos
vinculados tradicionalmente al heredero sucesor, por lo que entre ellos iba el
de Príncipe de Viana y, también nada menos, el de “Señor de Corella”.
Refiriéndonos ya al terreno
iconográfico, podemos afirmar que la imagen más antigua que representa al
Príncipe de Viana es la miniatura que se halla en un códice del Real Archivo de
la Corona de Aragón elaborado hacia 1480.
Imagen del Príncipe de Viana. Códice de Aragón. |
Aquí no acaba el hilo de la
curiosidad, que llega hasta límites más inimaginados pues ¿sabías que Corella
tiene uno de los retratos más antiguos del Príncipe de Viana? A pesar de lo
poco que nos quiso el primer Príncipe de Viana, numerosas investigaciones, han
apoyado la tesis de que el óleo sobre tabla del siglo XV que se ha conservado
en Corella durante años en la familia de D. Dámaso Escudero representa la
citado Carlos de Viana, pieza que procedía de los Marqueses de Montesa y que
analizó detenidamente en un estudio Tomás Domínguez Arévalo[1].
Imagen del óleo sobre tabla del Príncipe de Viana. Colección de D. Dámaso Escudero (Corella). |
Diversas teorías describen la figura como un personaje propio del siglo XV, con su atuendo de terciopelo, pieles, caperuza y calzas encarnadas, zapatos con gruesa suela de madera y un collar de alguna Orden de Caballería; cinturón de bolas de oro con relieves del que pende una espada. Respecto a su fisonomía la describen como dulce, con barba y melena roja, nimbo de oro en su cabeza y flecha en la mano derecha, arco en la izquierda y dos ángeles que sostienen el cortinaje de fondo. Entre las tres versiones que se investigaban, unos decían que era el primer Marqués de Montesa (cuando realmente dicho primer Marqués era un caballero del siglo XVIII); otros afirmaban que era el Príncipe de Viana, mientras que unos terceros sostenían que fuera San Sebastián Mártir representado como señor medieval con los atributos de su martirio.
Realmente, a los investigadores de la
historia y arte corellano amantes del mismo, nada nos sorprende que sea un San
Sebastián mártir, similar al que se conserva en la primera sala del Museo
Arrese, ya que de igual técnica, pintado al óleo sobre tabla y procedente del
retablo de San Miguel de la Parroquia de Vierlas (Zaragoza) aparece una similar
iconografía, donde vemos al santo con los atributos de su martirio, y como es
típico en el arte aragonés, aparece vestido con traje de caballero. Dicha pieza
del Museo corellano fue realizada hacia 1515 y está atribuida a la escuela de
Martín Bernat, en su gótico tardío.
Óleo sobre tabla de San Sebastián, colección Arrese, Corella. |
El Príncipe de Viana, obra de José Moreno, 1881. Museo del Prado. |
Tan reconocido es este cuadro que
incluso se conserva una copia de grandes dimensiones en la antesala del trono
del Palacio de Navarra, en una pequeña salita.
Y para ir terminando este pequeño
artículo, cabe preguntarnos si el Príncipe de Viana ha pasado por Corella.
Siendo nuestra ciudad destacada por sus edificios barrocos, sus templos
recargados y por su modo de vida, destacada a su vez dentro de la geografía
Navarra, tendremos prontamente que afirmar que sí, que Corella ha tenido dentro
de sus calles a varios Príncipes de Viana.
Obviamente, el primero en pisar la
entonces Villa de Corella fue Carlos de Trastámara, conocido como el primer
Príncipe de Viana y protagonista de este escrito, al ser Señor de Corella y por
ser el primer territorio que pisó para entrar en su Principado.
El segundo del que hay constancia
escrita es la llegada a Corella del Infante Luis, que llegaría a ser Luis I de
España, llamado “el Bien Amado”. Fue el hijo mayor de Felipe V y de María Luisa
de Saboya, quienes vivieron en Corella desde el 14 de junio de 1711 hasta el 20
de octubre. Durante esos 4 meses dicho Príncipe de Asturias y de Viana, a su
vez Señor de Corella residió en el conocido Palacio de Agustín de Sesma y
Sierra, popularmente denominada Casa de las Cadenas. Precisamente fue el rey
más breve de España, ya que como rey duró 229 días desde el 15 de enero de 1724
hasta su fallecimiento.
Retrato de Luis I, obra de Miguel Ángel Houasse, 1707. Fundación Vicente Marín de Bretún (Soria). |
La tercera visita de la que se tiene
constancia es la del entonces Príncipe de Asturias, el Infante Alfonso
Francisco de Asís, hijo de Isabel II y de Francisco de Asís de Borbón,
posteriormente conocido como Alfonso XII, el cual visitó Corella junto a su
padre en 1864, durante su estancia en el Balneario de Fitero y rezaron ante la
imagen de la Virgen de Araceli visitando a las Madres Carmelitas Descalzas.
Y por último, la cuarta vez que un
Príncipe de Viana se trasladó a Corella, ha sido la más reciente para todos los
lectores, fue el jueves 8 de noviembre de 2001, cuando S.M. el Rey Don Felipe
VI, entonces en calidad de Príncipe de Asturias vino a Corella con motivo de la
reinauguración y apertura del Museo Arrese – Convento de la Encarnación.
El Príncipe Felipe abriendo la placa de inauguración del Museo Arrese de Corella junto con Miguel Sanz, 8 de noviembre de 2001. |
Aquel día, durante la presentación, en
la que estuvieron presentes las principales autoridades de Navarra y de
Corella, siendo el corellano Miguel Sanz Sesma Presidente de Navarra, en
presencia del Presidente de la Fundación Arrese, se le presentó al Príncipe Felipe
como Príncipe de Asturias y de Viana así como Señor de Corella y de Peralta, en
alusión al histórico título que hoy comentamos y que el próximo día 20 de enero
hará 600 años de su creación.
¿Pisará la Princesa de Viana la ciudad
de Corella algún día? ¿Lo hará con mejor pie que su antecesor Carlos de
Trastámara?
Así pues, hablar del título de
Príncipe de Viana es hablar del título de Señor de Corella, ya que ambos van
juntos gracias al artículo 57.2 de la Constitución, donde se cita que
“el Heredero de la Corona, desde su nacimiento, o desde que se produzca el
hecho que origine su llamamiento, ostentará la dignidad de Príncipe de
Asturias y las restantes anejas a la condición de Primer llamado a ceñir la
Corona en su momento”.
Hoy también quedan en el recuerdo del
título de Príncipe de Viana los famosos premios navarros a destacadas personas
relacionadas con la cultura, que de forma anual se entregan; hasta hace pocos
años, presididos por el Príncipe de Viana y, posteriormente, por los Reyes de
España. También hoy, la institución navarra encargada de la conservación del
patrimonio es la Institución Príncipe de Viana, en recuerdo del primer Infante.
Hoy, por tanto y para concluir, la
Princesa de Viana y Señora de Corella es doña Leonor de Borbón y Ortíz, en
calidad de heredera de la Corona; siendo Princesa de Asturias, como heredera de
la Corona de Castilla, cuyo origen se remonta a 1388 (y asumiendo de
forma implícita los señoríos de Trujillo, Cáceres y Salamanca); Princesa de
Gerona, duquesa de Montblanch, condesa de Cervera y señora
de Balaguer, como heredera de la Corona de Aragón, con orígenes en 1351,
1387, 1353 y 1418, respectivamente; Princesa de Viana, como heredera del Reino
de Navarra, con origen en 1423 y Señora de Corella (en 1134 al ser nombrado
García Remírez como Rey de Navarra pasó a formar parte Corella del Patrimonio
Real, reafirmado luego con la creación del título de Príncipe de Viana en 1423)
y Peralta.
La historia del Carlos de Viana se
pierde en los tiempos por no haber sido lo que pudo llegar a ser, ya que pudo
haber sido casado con Isabel de Castilla pero el destino hizo que fuera su
hermanastro el que casara con ella, para unir los reinos de Castilla y Aragón.
Una vida corta, de luchas por un destino que jamás le llegó.
A pesar de todo, Carlos de Trastámara
y Evreux llegó a ser, como hemos dicho al principio, un importante personaje de
la historia y de la cultura navarra, ya que fue autor de la “Crónica de los Reyes
de Navarra” y tradujo numerosas obras de Aristóteles.
Esperamos haber contribuido con este
escrito a ubicar Corella en el mapa de la historia, especialmente en el VI
Centenario de la creación del Principado de Viana y, en la medida de lo
posible, de dar a conocer la vida corta pero intensa de Carlos de Trastámara
como Señor de Corella para hacer un recorrido hasta la actualidad.
Feliz VI Centenario de la creación del
título de Príncipe / Princesa de Viana y, por ende, Señor/a de Corella.
[1] Revista de Historia y Genealogía Española. 1912 .p.228. Tomas Domínguez
Arévalo. Euskomedia.
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